jueves, 31 de enero de 2008

Concepto de Desarrollo

Por:
Walter J. Aristizábal Berrio

SUSTENTACIÓN, PERTINENCIA Y ÉNFASIS CONCEPTUAL REQUERIDO
EN LA COMPRENSIÓN DEL DESARROLLO

En el espectro de las ciencias sociales y humanas, aparecen múltiples disciplinas, que pretenden orientar la formación socio-humanística que contribuya a la integralidad del proceso de educación profesionalizante. En tal sentido, una maestría en educación, debería aportar los elementos necesarios en la comprensión de conceptos centrales de la educación, y que además, dinamizan la vida de las sociedades hoy.

En el reciente seminario propuesto, se asumió que a partir del contexto social global podríamos comprender la situación de América Latina y en especial de Colombia, en lo que respecta a la implementación de Políticas de Desarrollo y particularmente, en lo que atañe a la implementación del Modelo Neoliberal de Desarrollo, el cual hace parte de nuestra ineludible cotidianidad en la que hay implícitos y explícitos, múltiples problemas sociales que impiden el pleno desempeño de la condición humana.

Vale entonces preguntarnos… ¿Cuál es el vehículo del desarrollo en términos conceptuales?, ¿es un asunto en el plano de lo político o de la política?; en otras palabras, ¿es un asunto solo discursivo?, ¿es un asunto de acción desde el poder?, o ¿ambas cosas?.

Lo anterior implica que nos preguntemos por los conceptos y aquí damos inicio a algunas versiones de ellos.

¿Qué es la política?, ¿Por qué debe interesar la política al estudiante y profesional de cualquier programa académico?, ¿Cuál es la importancia de la política, para un estudiante de Maestría?, ¿Por qué?, ¿Para qué?, ¿Cómo?, ¿Cuándo? y ¿dónde debe la sociedad civil proponer y reclamar Políticas Públicas de impacto social?: Se asume entonces “La Política” como valor de la humanización, conocimiento y actuación del estudiante maestrando.

En tal sentido es posible discrepar de argumentos que presentan la política solo como curso de acción, puesto que no es solo eso, por tanto se presentan tres concepciones:

1. La política como objeto de ciencia será abordada desde autores y definiciones propias de la teoría politológica, entendida la “Ciencia Política”.

2. Pero habrá otras valoraciones sobre la política, las valoraciones propias del denominado “ejercicio del poder gubernamental”. Las decisiones trazadas en mandatos, es decir, la política entendida como Política Pública, instrumento, herramienta y hasta arma del poder político.

3. Es importante que se asuma la “política” como práctica social, como ejercicio real del poder, cotidiana por demás. Las relaciones de empoderamiento asumidas por los diferentes grupos sociales, son otra manera como se entiende “la política”, en tanto que se constituyen en grupos de poder y presión frente a las instancias decisorias de interés público y privado.

Percepciones y vivencias políticas, incluso politiqueras, llevan consigo particulares y necesarias concepciones de la misma, como referentes de la cultura política de una sociedad y en algunas consideraciones hacen parte de ésta última versión de la política.

En la misma línea sería interesante recordar que el concepto de “La Política” tiene que ver mucho con el poder, por eso se retoma a Norbeto Bobbio cita a Hobbes respecto del poder como … “medios para obtener una ventaja” o como… “el conjunto de medios que permiten conseguir los efectos deseados”… “Entendiendo en sentido específicamente social, esto es en relación con la vida del hombre en sociedad, el poder se precisa y se convierte de genérica capacidad de obrar, en capacidad del hombre para determinar la conducta del hombre: poder del hombre sobre el hombre. El hombre no es el sujeto sino el objeto de la política entendida como poder…”
[1]

De otra parte lo político, es ante todo un campo semántico que incorpora sentidos, significantes y significados vinculantes al poder, en tanto carácter impositivo para un conglomerado humano y con efectos o afectaciones, simbólicas, reales o materiales. Este campo semántico, aquello que define que, lo tratado discursivamente esta bajo el sentido y significado de la política, no está por fuera de la cotidiana experiencia con el desarrollo y sus modelos de implementación.

Ahora bien, cuando la política como actividad discursiva y de interacción humana, establece relación directa o indirectamente con la organización del poder y este tiene impacto en grupos sociales, se asume entonces una pertinencia pública Es precisamente el carácter público del discurso, las implicaciones públicas de las decisiones de poder bajo la coacción, las que sostienen el carácter político de las relaciones sociales, diferenciadas de otras relaciones no políticas.

Es en esencia la política como objeto de estudio lo que debe incorporarse a la orientación del proceso de formación en la Maestría de Educación que ofrece el CINDE, es desde allí desde dónde se puede proponer a la educación una mirada fundamentada en las ciencias sociales, y como estas participan de los procesos, los modelos y las estrategias en el plano educativo.

Se sabe desde la ciencia política, que las políticas públicas y dentro de ellas, las políticas públicas sociales son solo una de las múltiples manifestaciones sociales de la política en tanto categoría de uso. La perspectiva de la acción social política, implica orientar la construcción de sujetos que interactúen con el poder, pero no como objetos de éste. Allí debemos enfatizar la acción política, la acción social, el proselitismo hacia la construcción de sujetos en interacción con el poder político y no objeto de éste.

En América Latina los paradigmas de progreso y desarrollo se insertan en el pensamiento sobre lo social y lo político, y en la manera como el Estado lo auspicia y emana su poder decisional originado en la acción de un mandato. Es por lo anterior que se requiere que el estudiante y ciudadano tomen consciencia de una actuación política.

La perspectiva positiva de las ciencias, especialmente de las sociales y humanas, ha provisto de racionamientos epistemológicos, analíticos, críticos y autocríticos, al concepto social y político del desarrollo, al igual que al concepto de “progreso”, ambos, se han manifestado en múltiples expresiones, económicas y científico tecnológicas, entre otras tantas manifestaciones del poder político y del Estado.

Es el desarrollo como concepto en el cual se vacían complementarias categorías de uso y conceptos asociados como los de: Estado, Pobreza, Seguridad, Desigualdad, Equidad, Libertad, Dignidad, Democracia y el Bienestar Social. Y es el progreso o las realizaciones que se evidencia en todo tipo de condiciones materiales de existencia, que en suma posibilitan “un nivel de vida propio de lo humano”.

En el desarrollo y hacia el desarrollo convergen las categorías de uso, su empleo y utilidad en los modelos filosófico – teóricos que se suman para conducir vía establecimiento e institucionalidad, “un rumbo”, “el único rumbo” de todo conglomerado social, de acuerdo con la relación e interacción de intereses, latentes y manifiestos que se imprimen en un determinado contexto. Son pues las concepciones de las sociedades ideales o utópicas, aquellas que conducen la intervención o actuación del profesional entendido como sujeto político. Pero tal entendimiento deambula entre la ficción ideológica y la realidad pragmática de la política.

Procuramos desde el ejercicio académico en el proceso de maestría, reflexionar en torno a las serias implicaciones políticas y de hecho sociales, que conlleva asumir en nuestro contexto una concepción u otra de desarrollo. Estaremos procurando claridad no solo teórica, sino filosófica y sociopolítica a la hora de asumir una u otra versión del concepto, para el ejercicio profesional en cualquier área del conocimiento, y su aplicación en grupos humanos, con quienes generalmente se asume el trabajo en múltiples campos profesionales como egresados mágister.

Cuando se reconoce que nos encontramos próximos y rodeados por conglomerados humanos, en carencias de desarrollo en muchos aspectos sociomateriales, políticos, económicos, espirituales y /o humanos en general, debemos comprender con claridad las posturas desde las cuales se asumen las ejecutorias del desarrollo en nuestra práctica profesional. ¿Qué vendemos?, ¿Cómo lo vendemos?, ¿Porqué lo vendemos y para qué?, son preguntas que están a la medida de cualquier intervención social, puesto que en el ejercicio del “trabajo profesional”
[2], en las más de las veces, las ejecutorias implican obediencias, ordenes a cumplir y asumidas. No toda oferta profesional, venga de donde venga, que conlleva consecuencias sociales y si se quiere públicas, esta tramitada desde la racionalidad polivalente que conlleva el trabajo con seres humanos en sociedad. Es de cuidado el ejercicio profesional, en la medida en la que debe preguntarse además, ¿A quién servimos en nuestro desempeño profesional y con que finalidad de desarrollo?

[1] Mario Stoppino. En Bobbio Norberto Matteuci Incola en Diccionario de Ciencia Política. Ed. Siglo XXI México. 1985. Pgs 217
[2] Se hace referencia aquí a múltiples intervenciones de profesionales desde las ciencias sociales y no sociales, que se formaron en múltiples profesiones, pero que se asumen como “trabajadores sociales”, por sus efectos.


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